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Alemania: Merkel se despide de lo nuclear y anuncia una revolución en renovables

por Rafael Poch (LaVanvuardia.com)

El cierre «irreversible» de centrales antes de 2022, supone una «gigantesca oportunidad» para «situar a Alemania como precursora en política energética», dice la canciller

Fukushima y más de 30 años de movimiento ciudadano contra las nucleares han obligado a la canciller alemana, Angela Merkel, a echarse al monte: como máximo en once años, para 2022, Alemania mantendrá sin centrales nucleares su potencia industrial y demográfica, la primera de Europa. El paso, esperado pero oficialmente anunciado ayer, está cargado de consecuencias para el continente. Si Alemania puede, otros vecinos europeos más pequeños con mayor razón.
Calificada de “irreversible”, la decisión supone un enorme espaldarazo industrial e investigador a las energías renovables, que junto con el gas y otras tecnologías ocuparán gradualmente el agujero, ese 23% de la generación de electricidad que hoy corresponde a lo nuclear en el país. La transición se hará, “sin importar energía de otros países” y “sin subir tarifas eléctricas”, dijo Merkel. Los expertos han dictaminado que el cambio tampoco afectará al objetivo de 40% de reducción de emisiones de dióxido de carbono hasta 2020. Si todo ello es cierto, los defensores del sector nuclear se quedan sin un solo argumento a su favor, y con el ejemplo del país más potente de Europa en su contra.
“Vamos a mostrar que se puede crecer con renovables”, dijo la canciller que habló de “nuevas formas de crecimiento”, de “creación de puestos de trabajo”, de “más respeto al medio ambiente”, de “buenas perspectivas para hacer de las renovables un factor nacional de exportación industrial”, y de situar a su país en la vanguardia de las renovables y como ”precursor en materia de política energética”. Para ello, Alemania va a doblar su inversión en renovables de aquí a 2022, el año en que se desconectarán las tres últimas centrales.
Si alguien se hubiera echado una siesta de tres meses y despertara ahora, debería pellizcarse para comprobar que no está soñando: la misma administración que hace nueve meses, en septiembre de 2010, canceló el apagón nuclear que socialdemócratas y verdes decidieron en el año 2000, regresa al mismo punto de partida: 2022. Sin embargo no es un sueño, sino el resultado de la más fría lógica política, lo que ha convertido a Merkel en una especie de líder verde: su giro es el tributo que debe pagar para no suicidarse políticamente, se reconoce en su entorno.
Casi un millón de alemanes han salido a la calle desde la impopular marcha atrás del pasado septiembre. El movimiento nuclear resucitó y la mayoría social antinuclear es concluyente. Después de Fukushima todo eso amenazaba con llevarse al gobierno por delante, tal como ha ocurrido en varias regiones, incluido el feudo conservador de Baden-Württemberg el pasado marzo, mientras el partido verde sube como la espuma. Era una cuestión de vida o muerte, y esa supervivencia ha podido más que las enormes presiones del lobby nuclear, que tiene gran poder no sólo en la administración de Berlín sino también en los medios de comunicación.
“Tras la catástrofe de Fukushima para mi se hizo prioritario reconsiderar el papel de la energía nuclear”, dijo Merkel, en una conferencia de prensa en la que compareció flanqueada por tres ministros de los tres partidos de su coalición; CDU, CSU y FDP.
La renuncia nuclear será gradual y concluirá con el cierre de las 17 centrales existentes antes de 2022. Por si surgen complicaciones las tres centrales mas modernas serán las últimas en cerrar. Las siete centrales más antiguas, preventivamente paradas desde marzo, y el reactor averiado de Krümmel, no volverán a conectarse, aunque una de ellas se mantendrá en reserva dos años, preparada para funcionar por si fuera necesario. Se mantiene, como fuente de financiación de las renovables, el impuesto, acordado en septiembre, que grava a los consorcios eléctricos por el combustible nuclear. A partir de la semana que viene se comenzará el trabajo legislativo en el Bundestag. A juzgar por las discretas reacciones, este plan ha dejado fuera de juego a la oposición con la que Merkel espera llegar a un consenso.
Que haya sido una administración conservadora la que haya dado el paso no es ninguna paradoja, sino más bien la norma. En el actual apagón decidido por cristianodemócratas y liberales hay la misma lógica que en la militarización iniciada en los años noventa, cuando socialdemócratas y verdes metieron a Alemania en una guerra en los Balcanes por primera vez desde 1945. Que los detractores estén en el partido que toma la decisión es, precisamente, lo que la blinda políticamente. Nadie mejor que la derecha para hacer entrar en razón a los sectores recalcitrantes de la industria, que llevan semanas profetizando una catástrofe.
Catálogo de desastres
En el catálogo de desgracias que ayer envió a sus asociados Hans-Peter Keitel, el presidente de la Federación Industrial Alemana (BDI), no faltaba nada: 40.000 millones de gasto, regreso al carbón, más dependencia del gas de los pérfidos rusos, debilitación industrial de Alemania. En la bolsa de Francfort las acciones de los grandes consorcios eléctricos caían, mientras subían las empresas de renovables. La frontera entre unas y otras es menos clara de lo que se cree. El gigante Siemens, por ejemplo, tiene una gran apuesta en nuevas tecnologías, se ha separado del consorcio francés Areva y se está repensando su estrategia nuclear fuera de Alemania, con grandes contratos con Rusia que han sido puestos entre paréntesis. Hace dos años, el jefe de Siemens, Peter Löscher hablaba de construir 400 reactores en el mundo hasta 2030. Todo eso ha cambiado.
Según Marcel Viëtor, experto de la alemana DGAP, España, con su gran potencial industrial en solar y eólica, va a ser un país particularmente sensible al ejemplo alemán. “Hay que mirar a largo plazo”, dice Viëtor, los riesgos de las nucleares son estadísticamente bajos, pero el problema es que no hay garantía de que no suceda algo tan catastrófico como lo de Fukushima, con una factura gigantesca”. Respecto a Francia (80% de electricidad de origen nuclear) todas las declaraciones del gobierno y del sector eléctrico que llegaban a propósito de la decisión alemana eran igualmente catastróficas: los precios de la electricidad subirán en Alemania, se quemará más carbón, etc. Hasta el ministro sueco de medio ambiente ha tachado la política alemana de “muy irregular”.

Extraido de LaVanguardia.com

Agenda Valórica de Chile vs El Mundo: Matrimonio Homosexual, Marihuana, Aborto y Eutanasia

Infografía por Marcelo Caceres Ávila
A continuación gráficas entregadas por QUE PASA en su publicación del 27/05/2011 que muestran a Chile en temas valoricos versus El Mundo:
Para mayor detalle sólo cliquea eb la foto

Energía 20/20: Una vista de la Actualidad Energética

por Sebastián Rivas (QUE PASA)
Con o sin HidroAysén, las energías renovables no convencionales surgen hoy por primera vez como una opción competitiva en el mercado chileno. Sólo para este año hay proyectos en proceso de aprobación que una vez en marcha aportarían cerca de 1.000 MW al sistema. Las grandes mineras ya están trabajando con ellas. Y el gobierno ha fijado una ambiciosa meta: que sean el 20% de la matriz al 2020. Sin embargo, todavía existen trabas para que den su gran golpe de corriente.
Chile está sentado sobre una mina de oro. O mejor aun: de una fuente inagotable de energía. El movimiento de su tierra, con terremotos y erupciones volcánicas periódicos, es el indicio de algo que se esconde y que recién se comienza a descubrir. Así lo resume el subsecretario de Energía, Sergio del Campo: «Según los expertos, Chile es el país con el potencial geotérmico más relevante del mundo». Las estimaciones más conservadoras hablan de 3.300 megawatts de capacidad de generación. Casi 25% más de lo que tiene presupuestado generar HidroAysén (2.750 megawatts).
Este ejemplo es sólo una muestra de una realidad que está a la vuelta de la esquina. En las próximas dos décadas, las energías renovables no convencionales (ERNC) debieran jugar un rol importante en el desarrollo de Chile. Hoy apenas alcanzan el 3º% de la matriz energética del país. Pero por ley, en 2024 deberán representar el 10%. Sin embargo, el presidente Piñera en el pasado discurso del 21 de mayo fue un paso más allá: propuso llegar al 20% del total en 2020.
No es un dato menor: en un país con escasas fuentes de combustibles fósiles -como gas o petróleo-, tener energías que no dependan de elementos importados para funcionar es un factor importante de seguridad energética e, incluso, un tema estratégico. Así lo explicó a mediados de esta semana el ministro de Defensa, Andrés Allamand: «Chile tiene una objetiva vulnerabilidad energética que puede terminar impactando en la seguridad del país. Más del 70% de los componentes primarios para producir nuestra energía son de origen externo, fundamentalmente petróleo, gas y carbón».

Hasta ahora, el problema central para el desarrollo de estas energías ha sido su alto costo de instalación. Pero eso está en pleno proceso de cambio. Hace dos semanas, la consultora Bloomberg New Energy Finance presentó un informe sobre el panorama energético chileno de cara a 2025. El estudio fue encargado por la National Resources Defense Council (NRDC), la organización ecologista estadounidense vinculada a Robert Kennedy Jr., que ha sido una fuerte opositora al proyecto HidroAysén.
Al analizar el costo nivelado de las diversas energías, la consultora determinó que varias de las ERNC ya son competitivas en términos de mercado. Por ejemplo, señaló que el costo promedio de la energía geotérmica en Chile oscilaría entre US$ 56 y US$ 91 megawatts/hora; y la energía eólica varía entre US$ 51 y US$ 259 MW/h. Como referencia, el mismo estudio marcó que una termoeléctrica fluctúa entre US$ 73 y US$ 155 MW/h, mientras las «grandes hidroeléctricas de Aysén» se mueven entre US$ 45 y US$ 137 MW/h.
Este informe se sumó a otro realizado en 2009 por la Agencia Internacional de Energía, organismo vinculado a la OCDE, que destacaba el potencial único de Chile en energías renovables no convencionales. La zona norte y central, por ejemplo, tienen condiciones claras para el desarrollo de la energía solar y eólica. En la zona sur, las empresas forestales generan biomasa y los ríos son aptos para pequeñas centrales hidroeléctricas de paso. A eso se agrega la energía geotérmica que se encuentra desperdigada a través de toda la cordillera de los Andes.
Con todo, hay matices. Hugh Rudnick, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica, reconoce que las ERNC son «las energías del futuro», pero afirma que las proyecciones hasta 2030 muestran costos muy elevados. Para él, Chile debe apuntar a una meta moderada, como alcanzar el 10% de la matriz energética en 2024, e invertir en investigación para estar preparados. «Los costos han ido bajando notablemente. Pero con las cifras proyectadas a 2030, hasta entonces no es viable», afirma.
Alta potencia
Las últimas semanas han sido movidas para Alfredo Solar, presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera). La polémica por la construcción de HidroAysén hizo que, casi sin proponérselo, la entidad que agrupa a 60 empresas ligadas a las ERNC pasara a ser un protagonista central de la discusión. Esto porque uno de los principales argumentos de los opositores a la megacentral patagónica es que se podría generar la misma cantidad de energía, o incluso más, apostando a proyectos en áreas no convencionales.
Las cifras son auspiciosas. Hoy, todos los proyectos de ERNC operativos suman 612 MW. Pero sólo en lo que va de 2011, un tercio de los 37 proyectos presentados al Sistema de Evaluación Ambiental son de energías renovables no convencionales. La lista la encabezan iniciativas de energía eólica y minicentrales hidroeléctricas, con cinco cada uno. Todos estos en conjunto podrían generar casi mil megawatts.
«Hoy existen más de 2.500 MW aprobados. De aquí a 10 años hay una cartera potencial de entre 4.000 y 5.000 MW. Hay muchos inversionistas internacionales mirando e interesados en trabajar acá», explica Solar. En comparación, se espera que cuando HidroAysén esté en plena operación, aporte alrededor de 2.700 MW al sistema. Pero el propio Solar plantea que éstas no son alternativas excluyentes. «La matriz debe ser complementaria, pero con una proporción cada vez mayor de ERNC, porque a la larga son más baratas para el sistema», sentencia.
La explicación es que si bien en general sus precios de instalación son más altos que las plantas convencionales, luego su costo de generación de energía es más bajo, pues no requieren combustibles fósiles de precios fluctuantes, como el petróleo o el carbón. De hecho, según Acera, en 2010 Chile ahorró US$ 130 millones en importación de dichos combustibles, con apenas un 3% de su matriz alimentada por ERNC.
Hay dos factores que hacen hoy más viables estas iniciativas. El primero es que la evolución del mercado de ERNC a nivel mundial, principalmente en países desarrollados, ha generado un descenso en los costos de instalación. Y el segundo es que con el alza de los precios de los combustibles -como el gas natural, el carbón o el petróleo-, una planta que no dependa de ellos está produciendo electricidad a un costo casi igual o incluso más bajo.
Roberto Román, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y vicepresidente de la International Solar Energy Society (ISES), agrega que el tiempo de instalación de estas plantas representa otra ventaja: mientras una central como HidroAysén podría estar operativa recién en el 2020 -lo mismo que una eventual planta nuclear-, la mayoría de los proyectos con las nuevas energías requieren, como máximo, un tercio de ese período para entrar en funcionamiento.
Las grandes barreras
El panorama es auspicioso. Pero todavía persisten barreras de entrada poderosas para los nuevos actores del mercado eléctrico chileno. La principal radica en la naturaleza de los contratos del área. Solar explica que las grandes empresas -como las mineras y las principales distribuidoras, entre ellas Chilectra, Chilquinta y CGE- ya tienen acuerdos de suministro de energía a largo plazo con las generadoras convencionales: según estima, alrededor del 94% de ese mercado tiene contratos hasta el 2022 o el 2025.
En ese escenario, las empresas de energía renovable tienen dos alternativas. La primera es buscar negocios con nuevos proyectos industriales. Sin embargo, Solar reconoce que para ellos aún es complicado competir en esta línea, porque estas compañías requieren suministro estable de electricidad, algo que aún no es posible de asegurar con ERNC, pues son fundamentalmente proyectos de generación intermitente. Y la segunda es colocar la energía en el mercado spot (sin contratos preestablecidos), en que los precios fluctúan de acuerdo a variables como la oferta que exista y los precios de los combustibles. Esto tampoco ayuda a las empresas de energías renovables no convencionales, porque no les permite proyectar un precio base para su producción, con lo cual se hace más difícil conseguir financiamiento.
Por eso, Solar afirma que más que ayuda estatal, requieren cambios en la regulación que les permitan tener un valor fijo: «Lo que nosotros pedimos es que nos aseguren un precio base, no subsidios: hoy a las ERNC les cuesta, en promedio, US$ 100 producir un MW/hora, y a las energías convencionales, como el petróleo, entre US$ 200 y US$ 250».
Según sus estimaciones, un esquema de precios estables en el tiempo permitiría que las empresas de energía renovable pagaran su inversión en un plazo de una década, lo que tendría efectos a futuro en los precios de la energía para los consumidores, pues les permitiría competir de igual a igual a las ERNC con las generadoras convencionales y con ello impulsar las cifras a la baja. «Hoy tenemos uno de los precios más caros de América. A partir de 2025 se podría reescribir la historia», agrega Solar.
Otro problema que se plantea es la intermitencia de algunas de estas energías, como la eólica y la solar fotovoltaica. Pero Roberto Román contrarresta esta noción. «Son variables, es cierto. Pero eso no significa que sean aleatorias: se puede predecir su rendimiento con antelación. Y hoy ya hay centrales solartérmicas que producen las 24 horas del día», señala.
El tema de las líneas de transmisión es otro punto complicado: cada proyecto debe construir una línea para llegar con su energía a un centro de despacho y carga. Pero a diferencia de las plantas termoeléctricas, a gas o diésel, las ERNC no pueden escoger dónde instalarse, sino que deben funcionar en el mismo lugar en que se encuentra el recurso. Y eso tiene mayores costos. Por eso, las empresas del área están atentas a la forma en que se concretará la «carretera pública» de transmisión de electricidad anunciada por el presidente Piñera el 21 de mayo pasado.
Las cuentas del gobierno
El tema es prioridad para el gobierno. A inicios de mayo, el Ministerio de Energía, encabezado por Laurence Golborne, convocó una comisión formada por ex ministros del sector y expertos del área para evaluar posibilidades de desarrollo eléctrico. La instancia debe entregar sus conclusiones en septiembre. Y en la cuenta pública del 21 de Mayo, Piñera remarcó su importancia: «Tenemos la más firme intención de priorizar las energías limpias y renovables», planteó, aunque agregó a continuación que no se puede renunciar a proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos: «Aquellos que dicen que en las energías limpias y renovables está la solución a nuestro problema, están induciendo a error a nuestros compatriotas», fue su postura.
La ministra de Medioambiente, María Ignacia Benítez, asegura que se está trabajando para impulsar rápidamente el crecimiento de las energías renovables. «La meta del 20% al 2020 es una aspiración. Tenemos que hacer el esfuerzo», dice. Para ello, este año se destinarán US$ 85 millones al desarrollo de las ERNC, que irán, entre otras cosas, a investigación, subsidios para proyectos y el mejoramiento de la línea de transmisión.
Además, hay proyectos que podrían cambiar radicalmente el panorama actual. Uno de los más interesantes es el que se refiere al net metering. Este sistema consiste en que los propios ciudadanos sean generadores de energía: si tienen un panel solar, por ejemplo, podrían producir energía renovable en su casa e inyectarla al sistema eléctrico, bajando la cuenta de la luz o incluso recibiendo algunos incentivos. Aunque suena complejo, ya es una realidad en países como Alemania y el gobierno está impulsando una ley en el Congreso en esa misma línea. ¿Podría funcionar? Según Roberto Román, tiene buenas perspectivas: «Almería, en España, es el mejor lugar de Europa para recibir energía solar. Y Santiago es como Almería».
Extraido de QUE PASA
Título original: Energía 20/20

Echele un Vistazo a la Patagonia Desconocida

La Realidad de Calama… Entre las Minas y las Putas…

Por Osvaldo Villalobos (GAMBA.CL)

Decir que Chile es un país centralista no es ninguna novedad, que la distribución del ingreso en un chiste tampoco, pero que la vida en la capital de la minería mundial es miserable sorprendería a los que no conocen esta triste realidad.

Son las 21 horas en Calama y unas señoritas se acercan a los aburridos hombres que hacen nata en la plaza, no importa que sean feos y huelan a perro mojado, son potenciales clientes y hay que incentivar el negocio. Esta escena que parece sacada de una página de Bukowski se da todos los días en Calama. ¿La razón? esta ciudad se convirtió en dormitorio de las mineras de la región, trabajadores de todo el país vienen a esta ciudad buscando el sueño americano Chilensis.

Trabajadores que a las 17 horas quedan desocupados y el “panorama” es psicopatear un rato en la plaza o derechamente, pasar a las innumerables shoperías, cafés y night clubs que llenan el centro de la cuidad. Calama esta detenida en el tiempo, al mirar sus calles no parece que de sus entrañas sale tanta riqueza para el país, hace años al actual Alcalde se le pregunto por lugares de esparcimiento y nombro al Casino Sol.


Por años los Calameños reclaman reciprocidad entre lo que gana el país y lo que queda en la ciudad, formaron el grupo: “Que Seria de Chile Sin Calama” el cual se dedica a marchar una vez al mes y a dejar cartas en la gobernación. Este movimiento es liderado por el Alcalde Esteban Velásquez el cual por cierto, aprovecha el pánico para hacer campaña.

La organización tiene poco peso ya que los Calameños de nacimiento se fueron a otras ciudades y los pocos que viven en la ciudad no son dados a manifestarse, la taza de inmigrantes es lejos la mas alta de Chile y para colmo uno de los Diputados del Distrito Felipe Ward (UDI) vive en Las Condes(!). Y el mes pasado por ejemplo, el presidente Piñera inauguro una nueva minera, se codeo con los Luksic y los Matte y lo único que vio de Calama fue el aeropuerto perdón aeródromo.

Tenemos un hospital que parece posta rural, no hay especialistas ni tecnología. Y si alguien esta grave se le traslada en ambulancia durante 3 horas hasta Antofagasta. La media de los colegios en el SIMCE es para llorar y los casos de Sida aumentan. Por mientras El Mercurio saca reportajes morales pero en sus avisos económicos las “lolitas complacientes” ocupan páginas enteras.

Pero lo peor de Calama son las siderales diferencias que existen entre sus habitantes, se pudiera pensar que todos trabajan en la minería y por lo tanto ganan considerables sumas, pero la realidad es bastante diferente. “Los Codelcos” como se les llama a los trabajadores de la división chuquicamata, son una especie “despreciada” por la mayoría dado que son una élite dentro de la ciudad. Tienen un hospital de lujo con especialista 24 horas y una infraestructura que la quisieran en varias clínicas. Sus hijos se educan en el Colegio Chuquicamata con piscina temperada, profesores de excelencia y buses privados que los pasan a buscar a domicilio. Para los que vieron la película Juegos Sexuales este colegio es muy parecido a la secundaria Manchester.

Viven una especie de ciudad satélite de la avenida Balmaceda es muy difícil que salgan por que bancos, farmacias, tiendas y hasta servicios públicos abrieron oficinas en sus sectores, todo vale para que no se junten con la chusma.

El costo de la vida es muy alto. Esto se produce por que el comercio tiene precios pensados en “Los Codelcos”. El kilo de pan vale $1600 y una lechuga $1000. La ciudad es pequeña pero los precios de la locomoción son similares a los de Santiago. Arrendar una pieza “decente” no baja de 120 luquitas. Para alguien que gana 1 millón y medio no es nada, pero la mayoría que gana 200 lucas la tiene bastante difícil para sobrevivir.

Algunos profesionales ya vaticinan que muchos de los vicios sociales aquí descritos se producirán en la construcción de Hidroaysen dado que llegaran a esa región muchos trabajadores afuerinos, la mayoría subcontratados y sometidos a turnos que afectan la calidad de vida de cualquier familia. Nuevamente una región será sacrificada “Por Amor a Chile”.

Son las 14 horas y la línea del tren atraviesa de punta a cabo la ciudad llevándose el cobre y su dinero para financiar el desarrollo del país dejando migajas en la ciudad, la incertidumbre de repetir lo que ya vivió esta región con las salitreras esta en la mente de todos. Pero con tanto centralismo, a nadie parece preocuparle.

Extraido de GAMBA.CL

#spanishrevolution : "Democracia Real YA" y el 15M Español

por María Subinas Garralda (THE CLINIC ONLINE EN MADRID)
Hace una semana exacta, la Puerta del Sol, en Madrid, se transformó en el escenario de la manifestación de veinte mil jóvenes. Siete días después -y en día de elecciones municipales españolas- el 15-M sigue ahí y se ha expandido a otras ciudades de España y del mundo. ¿Qué los moviliza? ¿Cómo es por dentro? Una manifestante cuenta cómo es vivir una de las movilizaciones populares más grandes de la historia. 
Si hace unos meses me cuentan que miles de personas iban a salir a la calle de manera pacífica para quejarse contra un sistema político alejado de los ciudadanos que, dominado por los mercados financieros, beneficia a unos pocos arrastrando a la pobreza a muchos, me hubiese resultado difícil de imaginar.
En algún momento nos hicieron creer que los jóvenes españoles formábamos parte de una generación apática y apolítica porque la mayoría nacimos cuando la democracia ya estaba instalada y crecimos mimados en el estado de bienestar. Porque hemos vivido una crisis que arrastraba puestos de trabajo y oportunidades como un tsunami y lo único para lo que parecía que nos podíamos reunir era para celebrar victorias futbolísticas.
Sin embargo, el movimiento que ha pasado a llamarse “Democracia Real YA” ha demostrado todo lo contrario. Nos ha devuelto la esperanza en la democracia, en el sentimiento de que juntos podemos cambiar las cosas y en la necesidad de dejar de anestesiar nuestras conciencias cambiando de canal. Y si el motor de este renovado activismo han sido los jóvenes, su carácter apolítico y asindical ha logrado que ciudadanos que responden a todas las ideologías, edades y credos acudan a la llamada popular de indignación.

Muchas son las razones detrás de lo que ha llegado a llamarse en las redes #spanishrevolution, pero hay un espíritu común de hartazgo,  de rabia acumulada, de indignación compartida. En un país con un 21% de la población activa desempleada los ciudadanos están profundamente decepcionados por la pobreza en el discurso político y la ausencia de líderes dignos. Democracia Real YA ha conseguido aglutinar y canalizar ese malestar, ha alzado una voz común para criticar un sistema político pervertido que ha mermado los derechos sociales esenciales de una democracia,  pidiendo responsabilidad, soluciones y exigiendo cambios.
Lo que comenzó como una protesta el 15 de may,o ha derivado en una manifestación nacional que ya traspasa nuestras fronteras: donde sea que hay un español, hay un 15M. La propagación instantánea y viral de mensajes, gracias a las redes, ha permitido que la gente se agrupe y organice en una estructura horizontal.
No existen líderes y todo el mundo aporta, constituyéndose las que han pasado a llamarse “aldeas populares”.  En todas las plazas de las principales ciudades se han “tomado” espacios públicos creándose asambleas en las que se discuten y debaten propuestas sobre distintos temas. Existen, también, áreas divididas -hasta con espacios infantiles- además de grupos de debate abierto. El nivel de sofisticación y eficacia de estas nuevas ágoras ha llevado a recelosos periodistas y tertulianos a afirmar que detrás de este movimiento hay una conspiración radical de algún partido político, pero como comentaba recientemente un blogero “el hartazgo no es un monopolio de la izquierda”.
Los medios buscan líderes y portavoces de la manifestación, pero terminan entrevistando a gente anónima en la calle. Porque de eso se trata el 15M: un movimiento solidario, ciudadano, cívico. Todos los que hemos participado como ciudadanos anónimos seguimos acudiendo cada día porque sentimos que esto puede ser el principio de algo muy grande, que con este mensaje aglutinador y pacífico estamos dando una lección de democracia a nuestros políticos y, quién sabe, quizás a conciudadanos de otros países que decidan unirse a esta cruzada. Porque son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan.
Extriado de THE CLINIC ONLINE
Título Original: La revolución española

Defensa Propia

Miles no podemos estar equivocados en defender la Patagonia chilena de represas

Amigos


Comparto con ustedes este hermoso y sentido texto de Francisco Fantini.

La Patagonia Chilena merece el esfuerzo de defenderla, a pesar de ser el botín de empresarios que solo ven en ella recursos gratis para lucrar con un bien que no solo nos pertenece a todos los chilenos, sino patrimonio de toda la Humanidad.
Miles no podemos estar equivocados en defender la Patagonia chilena de represas.
Los invito a seguir manifestando su rechazo a las represas en la Patagonia, sino también al megatendido que amenaza los 2300 kms del territorio nacional.

Ginnia Silva Amaya.

Leer publicación «Patagonia sin Chile» de Francisco Fantini

Patagonia sin Chile

por Francisco Fantini J. (*)
Basta mencionar la palabra “Patagonia” para que la conciencia despierte la fantasía de un mundo inexplorado y puro. Durante estas últimas semanas, en que las masas se han sacudido del letargo consumista, hemos advertido cómo los chilenos se han apoderado de esta denominación histórica. En todo el país la Patagonia ha sido aclamada por multitudes y ya representa los ideales de varias generaciones que jamás han sido escuchadas.
 
Pero sabemos realmente lo que representa la Patagonia en la historia de Chile?

Desde que los españoles trazaron sus mapas en el Nuevo Mundo, los territorios patagónicos se ubican al sur de una línea imaginaria que cubre el cono sur del continente americano siguiendo el curso del Río Negro en Argentina y el Río Calle Calle en Chile. En nuestro país estas extensiones son equivalentes a un tercio del territorio.

A nivel mundial la Patagonia es un destino conocido y posicionado tanto como Amazonas, Sahara o Himalaya. Asimismo estos territorios australes encarnan la idea del “Fin del Mundo”, concepto que genera fascinación planetaria por representar una alternativa de vida al ciudadano moderno y esencialmente urbano.

Pese a estos atributos Chile ha renegado de la Patagonia propiciando abusos contra sus pueblos originarios y el entorno natural. A comienzos del siglo XX los chilenos perpetraron la extinción de los pueblos yamana, selknam, aonikenk y kawésqar. Luego la codicia de los oligarcas motivó el incendio de miles de hectáreas de bosque nativo provocando pérdidas irreparables. En tanto los dominios marinos han sido devastados por años de pesca de arrastre y la proliferación de cultivos de salmones sin ninguna exigencia medioambiental.

En los tiempos de la dictadura, con el famoso trazado de la carretera austral, los apóstoles de Pinochet se adueñaron de inmensas porciones de tierra que hasta entonces estaban deshabitadas. Con la venta de estas propiedades fiscales, los militares en retiro enriquecieron su pensión y elevaron su estatus social. De este modo los territorios patagónicos quedaron en pocas manos, con escasa conectividad y fuera de la conciencia colectiva nacional.

Hasta la fecha poco les ha importado a las autoridades chilenas que la Patagonia conecte dos océanos, sea la plataforma a los dominios antárticos, posea tierras jamás fertilizadas ni contaminadas, ostente la reserva de agua más importante del planeta, tenga amplia gama de recursos alimenticios, esté posicionada como destino turístico de clase mundial y ofrezca inmensas posibilidades de desarrollo sustentable.

Mientras los chilenos se esmeran en la destrucción de su patrimonio natural, en las escuelas públicas argentinas se enseñan las particularidades de su Patagonia. El Estado trasandino fomenta el acceso a libros que estimulan el conocimiento de la geografía, la historia, la biología y la gastronomía patagónica. De este modo los argentinos saben lo que tienen y se han posicionado como un país patagónico acaparando millones de turistas al año. Esta política comprometida con el conocimiento, el cuidado y la soberanía también les ha permitido adueñarse de gran parte de la Patagonia chilena sin que vuele una bala.

En tanto las autoridades chilenas se han limitado a organizar el país a partir de las divisiones políticas administrativas heredadas de la dictadura abusando del centralismo, depreciando el territorio y oscureciendo el horizonte del conocimiento. Aún no ha habido un pronunciamiento oficial sobre la Patagonia chilena, sus límites y su historia. Tampoco la Patagonia chilena ha figurado entre los bienes nacionales ni se ha trazado una estrategia para su posicionamiento mundial. Menos se ha garantizado su cuidado ni tampoco se ha estimulado su desarrollo sustentable.

En su discurso del 21 de mayo, el Presidente chileno evitó utilizar la palabra “Patagonia” porque le teme a la potencia que encierra esta denominación histórica que ha llenado las calles de manifestantes. Cuando se refirió a las cuestionadas megacentrales hidroeléctricas se limitó a decir que era un proyecto en una región del sur de Chile, eludiendo la discusión por el tremendo negocio que destruirá la Patagonia por siempre.

Este oscurantismo de las autoridades ha mantenido a la población ignorante de sus recursos. De esta forma el Estado chileno ha cometido todo tipo de abusos contra el medioambiente, la propiedad pública, la conectividad y el conocimiento.

La única solución que se vislumbra es la Patagonia sin Chile. Bastante han sido los daños ocasionados y que quiere seguir ocasionando nuestra bandera tricolor. Mientras sean los mismos los que deciden por todos, más vale una Patagonia sin Chile y así preservar los recursos que le pertenecen a toda la humanidad.

 (*): Licenciado en Comunicación Social y Periodista UC, franciscofantini@gmail.com

Aportado por Ginnia Silva Amaya @ginniasa

Gobierno aprueba la Lacrimogena del Día Despues

La Momia Roja

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